Las condiciones de trabajo eran realmente penosas; Hombres, mujeres y niños eran sometidos a largas y duras jornadas de trabajo (hasta de 16 horas) con apenas dos descansos para luego cobrar unos sueldos miserables.
Cuando los dueños de las fábricas decidían aumentar la producción, contrataban a trabajadores temporales para aumentarla con el menor número de costes posibles. Sin embargo en las épocas de crisis, tenían como consecuencia una serie de despidos colectivos.
La industrialización y el uso de determinadas maquinas hacían que la productividad de la fabrica aumentase por lo que se despedía a un gran número de trabajadores (debido a que 30 hombres hacían el mismo trabajo que seis niños un hombre y una maquina) lo que desembocaba en un alto porcentaje de población desempleada. Los dueños de las fábricas, que eran los burgueses, pasaban a poseer todo el capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario